| ENG | I remember in Dec 2018, I had just finished my sabbatical trip from Asia. All my life plans went out the window along with my bf at the time. I had no clue what was next, but I still refused to go back to an office. As a rebel move, or lost cause – wouldn’t know – I figured I should ask the universe for the job that would best suit me and wait for it.
2 weeks later, my phone rang. A day before Christmas actually, an old colleague, from a company I used to design for 15 yrs ago, wanted to see if I was available for a per-project job that would require me to travel around the world, mostly Europe.
They needed someone with apparel design knowledge, the availability and I needed their flexibility and the opportunity to keep moving on my terms. Not really knowing what I was going into, I accepted. Once I hung up the phone, I immediately thanked the universe for letting this star shine again.
And here is when my nomad chapter officially started, In Cádiz, Spain. This was the 1st port where I worked and lived for 12 days in a docked ship. And then? Well, I decided to stay for another month and half in Europe to explore. This was 2019, and I’m so happy I did ‘cause 2020 would’ve killed me! I think that year that I let go of my possessions, enjoyed my solitude and lived out of a carry on, prepared me for what Covid was bringing. I took the time, the big luxury of time, to fully process a nomad heart. A heart that chooses time over money; values slow over fast; prioritises exploration over routine. THAT is work, man. The work I asked for! ✨
|ESP|
Recuerdo que en diciembre de 2018, terminaba mi viaje sabático por Asia; y todos mis planes de vida se fueron por la ventana junto con mi novio de la época. No tenía ni idea de lo que seguía, pero aun así me negaba a volver a una oficina.
Así que en un ataque de rebeldía o una causa perdida – no sabría decirles- pensé que debería pedirle al universo el trabajo que mejor me convenía y esperarlo.
2 semanas después, sonó el teléfono – de hecho, un día antes de Navidad- un viejo colega, de una empresa para la que solía diseñar hace 15 años, quería ver si estaba disponible para un trabajo. Era por proyecto y tendría que viajar por todo el mundo, principalmente por Europa. Necesitaban a alguien con conocimientos de diseño de ropa y disponibilidad. Y yo necesitaba su flexibilidad y la oportunidad de seguir avanzando en mis términos. Sin saber muy bien en lo que me estaba metiendo, pues acepté. Y una vez que colgué el teléfono, inmediatamente agradecí al universo por permitir que esta estrella volviera a brillar.
Y aquí justamente es donde comenzó oficialmente mi capítulo nómada, en Cádiz, España. Este fue el primer puerto donde trabajé y viví durante 12 días en un barco anclado. Y luego, decidí quedarme otro mes y medio en Europa para explorar. Y cuanto me alegra haberlo hecho! Esto fue en el 2019, ¡El 2020 me hubiera matado! Creo que ese año que solté mis posesiones, disfruté de mi soledad y viví de un equipaje de mano, me preparó para lo que traía el Covid. Me tomé el tiempo, el gran lujo del tiempo, para procesar por completo un corazón nómada. Un corazón que elige el tiempo sobre el dinero; valora lo lento sobre lo rápido; Prioriza la exploración sobre la rutina. ESO es trabajo, ‘ome. El trabajo que pedí! ✨
